Nuestros Héroes
En el acceso principal a nuestra sede central hay un monumento con nueve llamas que honra la memoria de nuestros héroes: aquellos miembros del CNI que dieron su vida por defender los intereses de España y de los españoles.
Ocho de esas nueve llamas tienen nombre propio: D. Carlos Baró Ollero, D. José Antonio Bernal Gómez, D. José Lucas Egea, D. Alberto Martínez González, D. José Ramón Merino Olivera, D. José Carlos Rodríguez Pérez, D. Alfonso Vega Calvo y D. Luis Ignacio Zanón Tarazona.
Todos fallecieron en el otoño de 2003 en Irak: D. José Antonio Bernal falleció en Bagdad el 9 de octubre, y los demás compañeros en Latifiya el 29 de noviembre. Una de las principales salas de reuniones de la Sede Central del CNI ha sido bautizada con el nombre de “Héroes de Irak” en su honor.
La novena llama está dedicada a todos los que dieron su vida, en secreto, al servicio de España.
La memoria es importante. Nuestros nombres trascienden a nuestras vidas, y seremos recordados por aquello que hicimos. Cuando se nos pone a prueba es cuando realmente sabemos quiénes somos.
Aquel otoño terrible en Irak, nuestros compañeros demostraron quiénes eran: héroes. Sus nombres serán asociados para siempre con esa palabra. Su heroísmo no se limitó a la misión en Irak. El dolor por la pérdida fortaleció al Centro, porque no hay mejor maestro que el sufrimiento. Su recuerdo contribuyó a salvar vidas de otros que vinieron detrás y nos dio sabiduría y valor, haciendo que los miembros del Centro nos sintiésemos orgullosos de pertenecer a él.
La memoria de nuestros héroes siempre permanecerá viva. Porque nunca mueren aquellos a los que no se olvida.